
Gina Tapia
Gina es artesana del cantón Sucúa, ella elabora joyería a partir de productos naturales como mullo, semilla y plumas. Las plumas para las artesanías las utiliza solo de aves que renuevan su plumaje naturalmente como patos, gallinas y pavos reales. Cada pieza que elabora tiene un diseño único que ella misma crea basados en el arte shuar y la mujer amazónica.
Inicio su trayectoria hace más de 15 años cuando se quedo sola a cargo de sus dos hijas, desde entonces ha continuado en la elaboración de artesanías y a través de esta actividad ha conseguido aportar económicamente a su hogar. Actualmente, gracias a un préstamo del MIES cuenta con una pequeña caseta donde comercializa sus productos. Ya no trabaja sola, ahora cuenta con la colaboración de otras mujeres.
Soy artesana, me gusta el arte y hago collares en mullo, en semilla y mi fuerte son las plumas, me encanta trabajar con plumas. Nosotros no matamos a las aves, yo compro las plumas de las aves exóticas en el Puyo. Cada año el pavo real bota plumas y de ahí nosotros hacemos las artesanías
Gina Tapia
Su trabajo
Yo me siento muy feliz de ser artesana, muy orgullosa, como dijo mi hermana debes seguir esto porque ella también ha quedado sola y ha criado a sus hijos demostrándome que, si se puede, es importante seguir, no estancarse. Yo estoy muy orgullosa porque Dios me ha dado a las mejores maestras y no quiero fallarles, quiero seguir con esto invitando así a muchas mujeres. A veces hay mujeres que pensamos que no podemos cuando nos quedamos solas, pensamos que ahí termina nuestra vida, pero debemos ser muy valientes porque nuestro motor son nuestros hijos, son los que nos motivan día a día a salir adelante, incluso cuando estas enfermo ellos te motivan con tan solo decirte mama, ellos te levantan y esta es la única manera de invitar a más mujeres y siempre he tenido el sueño de ayudar a muchas mujeres que también quedan solas, eso me decía cuando estaba tejiendo sola, porque es difícil ser madre y padre en la casa pero tampoco es imposible, es una linda experiencia que muchas padres se pierden por estar lejos de sus hijos y entonces yo doy las gracias a Dios porque él me ha dado la vida y el mejor tesoro que son ellos.
Antes cuando estaba empezando daba el cien por ciento para mi trabajo, pero ahora dedico únicamente el cincuenta por ciento por mis hijos, ahora me toca ser su profesora y también antes tenía buena vista ahora por trabajar con mullos he ido perdiendo la vista, por eso digo a los artesanos que valoren su trabajo porque no toda la vida vamos a tener la vista entonces debemos cuidarnos. Yo trabajo con la elegancia, para que la persona que luzca mis productos luzca bien, hacemos varios modelos y cambiamos la modalidad dependiendo de la creatividad.
Dios me ha dado una creatividad excelente y si yo no pongo amor y dedicación mi trabajo no me va a salir bien, yo me doy un sobresaliente. Todos en mi familia hacen manillitas, hacen artes todos están involucrados en el arte y espero que nuestra descendencia siga con esto porque es muy bueno, nos da una salida y ya habrá tiempos mejores.
Un collar de plumas y semillas me toma alrededor de diez días, pero trabajando solo el cincuenta por ciento de mi tiempo. Los señores del MIES nos han capacitado para poder ponerle precio a nuestros productos y me gustaría que se sigan dando estas capacitaciones porque muchos aún estamos recién aprendiendo a valorar realmente nuestro trabajo, yo sacaba precios de acuerdo al modelo y el tiempo que me tardo en crear una pieza. En mi taller me hace falta el taladro y el esmeril porque es lo que más se necesita para las semillas porque es duro hacer los agujeros a mano.
Nuevos retos
Como estoy algo peleada con la tecnología no he podido subir mi trabajo a internet, de donde recibo pedidos es directamente de mi negocio donde llegan mis clientes y deciden que es lo que más les gusta o que quieren para yo poder hacerles, en las redes aún estoy en pañales.
Ahora creo que necesitamos capacitarnos cómo manejar redes sociales para hacer ventas virtuales y también seguir aprendiendo a valorar el trabajo desde una semilla o una pluma y manejar precios justos para el cliente y para nosotros. Para las personas que están en el mundo del arte les digo que no se den por vencidos, habrá días mejores y cuando uno trabaja con amor va viendo los resultados, que no se desmotiven la pandemia ya pasara, actualmente como artesanos nos ha ido un poco mal, pero aun así hago un llamado a las personas que Dios a todos nos da, él sabe cuándo, que sigan ya que después de todo siempre hay una recompensa.
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